5. Galileo Galilei

GALILEO GALILEI (1564 – 1642)

Nació en Pisa en febrero de 1564. Su padre, músico y matemático, contrariando su inclinación por las matemáticas y las investigaciones mecánicas, le matriculó en la universidad de Pisa para estudiar medicina y filosofía aristotélica. Pronto abandonó estos campos para dedicarse a las matemáticas que estudió y enseñó tanto en Florencia como en Pisa donde fue nombrado profesor de matemáticas y astronomía. En esta época se interesó por el movimiento de los cuerpos llegando a descubrir la isocronía del péndulo y la proporcionalidad entre la velocidad de caída de los cuerpos y su densidad y no con su peso como se creía hasta entonces.

A la muerte de su padre en 1592 se trasladó a Padua. Allí fue nombrado catedrático de matemáticas e impartió geometría y astronomía. En esta ciudad permaneció dieciocho años donde inventó una bomba para subir agua, una regla de calcular útil para ingenieros y comenzó a trabajar en un modelo matemático que describía el movimiento de la caída de los cuerpos. En este periodo inició una correspondencia con Kepler al haber simpatizado con las opiniones copernicanas recogidas en Mysterium cosmographicum.

A principios del siglo XVII Galileo se situó al frente de la astronomía de su tiempo al mejorar un catalejo recién patentado y dirigirlo hacia el cielo. Con él comprobó que la Luna no era un disco liso, sino que contenía montañas y cráteres, que la Vía Láctea era en realidad un conjunto vastísimo de estrellas separadas, que Júpiter tenía cuatro lunas que orbitan en torno a él, que Venus presentaba fases análogas a las de la Luna y que Saturno tenía forma oblonga (no llegó a distinguir sus anillos). Estas observaciones tuvieron implicaciones tremendas pues confirmaban la teoría de Copérnico de que la Tierra era un planeta que giraba alrededor del Sol. En 1610 publicó Sidereus Nuncius, se desvinculó de la enseñanza consiguiendo una plaza en Florencia como matemático y filósofo y se dedicó por completo al telescopio.

En 1613 sostuvo en Cartas sobre las manchas solares su visión de un universo heliocéntrico lo que dio lugar a que fuera atacado y denunciado a la Santa Inquisición. En 1616 fue llamado a Roma para responder por sus planteamientos en los que había insistido en su Teoría de las mareas. Un consejo de teólogos le censuró y fue advertido de que las teorías copernicanas eran contrarias a las Escrituras y que solo podían ser presentadas como hipótesis.

Aun contando con la protección inicial del papa Urbano VIII la publicación de su obra “Los dos máximos sistemas del mundo” le acarreó la acusación de hereje, fue obligado a abjurar en un proceso humillante y condenado a prisión perpetua conmutada posteriormente por un arresto domiciliario en Siena. En este proceso, se le atribuye, aunque no es seguro que fuera así, su famosa frase “eppur si muove” (sin embargo, se mueve) como desafío al oscurantismo y su búsqueda de la verdad aún en circunstancias adversas. En su retiro terminó su última obra, Diálogo sobre dos nuevas ciencias, el compendio de sus descubrimientos en física entre los que destaca su demostración de que la trayectoria de un proyectil describe una parábola y que la distancia recorrida aumentaba proporcionalmente al cuadrado del tiempo transcurrido.

Murió en Arcetri (Florencia) en 1642, el mismo año en el que nació Newton

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