5.4 Explicaciones de los fenómenos.

El que la Luna de una vuelta completa al cielo en un mes llevó inmediatamente a pensar que gira en torno a la Tierra; además su aspecto cambiante con las fases obligaba a considerarla un cuerpo celeste sin luz propia y el hecho de que la parte brillante siempre esté “mirando” hacia el Sol era señal inequívoca de que es su luz la que ilumina a nuestro satélite. Veamos cómo con este simple armazón conseguimos dar cuenta de los fenómenos observados. La Luna da una vuelta en sentido antihorario alrededor de la Tierra en un mes y la posición relativa de ambos cuerpos y del Sol tiene como efecto que desde la Tierra sólo podamos ver una porción de la mitad de la Luna que ilumina aquél, produciéndose así las fases. La órbita lunar permite explicar todos los fenómenos que se han descrito en este tema. La figura 5.11 corresponde a una visión “cenital” de la órbita lunar, es decir vista desde algún punto muy por encima del polo Norte terrestre. El Sol está a la izquierda, suficientemente lejos como para que podamos considerar que sus rayos nos vienen todos ellos paralelos. En el centro la Tierra (T) y a su alrededor la órbita de la Luna, prácticamente circular. Tanto la Tierra como la Luna presentarán siempre su mitad izquierda iluminada por la luz solar y la derecha sumergida en la oscuridad. Los rectángulos de color azul muy claro ocultan la parte de la Luna que no es visible desde la Tierra. Los dibujos exteriores muestran el aspecto que presenta nuestro satélite visto desde la superficie terrestre. Cuando la Luna se sitúa entre el Sol y la Tierra (posición 1) toda su parte iluminada es invisible para nosotros y su aspecto será el de luna nueva (N). Unos 3 o 4 días después (posición 2) ya hay una porción de la mitad iluminada de la Luna que sí es visible desde T a la derecha del disco lunar. En el punto 3 desde T vemos la mitad derecha blanca y la izquierda oscura; es el cuarto creciente (CC). En 5 se alcanza la luna llena, en 7 el cuarto menguante y se cerraría el ciclo. A medida que avanza por su órbita, la Luna se va alejando del Sol vista desde T. A los tres días de edad (punto 2, figura 5.12), el ángulo Sol-Tierra-Luna (la elongación) es de unos 40o o 45o E. A los 7 días de edad, se llega, más o menos, al cuarto creciente con nuestro satélite situado 90o a la izquierda (es decir, al Este) del Sol. Hasta que (posición 5, luna llena) el satélite no está ni a la izquierda ni a la derecha del Sol, está justo “detrás”, al otro lado, en oposición, es decir con elongación 180º. Pero inmediatamente después ya la Luna pasa a verse “a la derecha” (oeste) del Sol y su elongación ahora va disminuyendo. Con este modelo resulta meridianamente claro el acople observado entre la elongación, la edad de la Luna y sus fases:
Posición 1 2 3 4 5 6 7 8
Edad 0 4 7,5 11 15 18,5 22 26
Fase nueva c. crec. llena c. meng.
Elongación 45º E 90º E 135º E 180º 135º W 90º W 45º W

Ejercicio 5.2

Completa esta tabla (¡cuidado! está todo desordenado):
Dibujo
Fase c. creciente
Edad 4 días
Elongación 120º W
Haz clic aquí para ver la solución.

El terminador

Las fases se pueden visualizar eficazmente utilizando una esfera que tenga una mitad blanca y otra negra. La mitad blanca corresponde a la iluminada y la negra a la que queda en sombra.

Puede ser de porexpán grande (unos 25 cm de diámetro). De ese tamaño se venden por mitades. Pinta una de las semiesferas de negro con témperas y luego pega entre sí las dos semiesferas.

Simplemente con ir girando la esfera se puede ver perfectamente la secuencia de las fases; la figura 5.13 representa una Luna en cuarto creciente (7 u 8 días de edad) y la 5.14 corresponde a unos 3 días de edad. En la sección de Trabajos escolares puedes sacarle algo más de partido a este sencillo modelo. Haz clic aquí si quieres verlo ahora.

Con este modelo es relativamente fácil advertir que el terminador, visto desde la Tierra, se nos aparece siempre como una elipse puesto que es una circunferencia vista en perspectiva. Lo mismo ocurre cuando, sentado en la mesa, miras el borde circular de un vaso o de una taza: sabes que es circular, pero en realidad lo que ves es una elipse.

Luz cenicienta

A los imaginarios habitantes de la Luna se les llama “selenitas”, palabra que deriva de la diosa Selene de la mitología clásica. ¿Cómo verían los selenitas la Tierra? Desde luego mucho más grande que como nosotros vemos la Luna, pero además, ¡también con fases! Los astronautas de la misión Apollo pudieron comprobarlo por sí mismos. Esto es lógico si miras la figura 5.11. ¿Qué fase de la Tierra hay en la posición 5 (luna llena)? Pues desde la Luna la parte de nuestro planeta que se puede ver es precisamente la que no recibe nada de luz solar, por lo que verían una “tierra nueva”. De forma análoga en la posición 1 (luna nueva) la Tierra aparecería llena.

En las noches de Luna llena la oscuridad no es total. La luz que nos llega de nuestro satélite ilumina algo la superficie terrestre. La Tierra llena es mucho más brillante que la luna llena. Por eso en los primeros días del creciente lunar, cuando tiene 2 o 3 días de edad, se observa una tenue luminosidad, llamada luz cenicienta, en su zona oscura. Es la luz de la “tierra llena” (o casi llena) que consigue iluminar un poco el hemisferio oscuro de la Luna.

Scroll Up